Este partido se presentaba como una final para el conjunto rojillo. Sin embargo, costó mucho ver la intensidad necesaria que requería el encuentro. Después de una primera parte desastrosa, y una segunda intermitente, Osasuna consigue un punto que permite mantener la distancia con el descenso. Analizamos las claves del encuentro y qué le está pasando al conjunto rojillo.
Un planteamiento que aviva el bloqueo
Osasuna firma uno de los peores partidos esta temporada. En la primera parte, la disposición táctica de algunos jugadores limitó el juego de Osasuna. Con los extremos jugando a banda cambiada, No se tuvo profundidad, y otra vez hubo un exceso de balón en largo cuando el equipo contrario dejaba jugar. Aunque la segunda parte se corrigió algún aspecto, se realizaron 0 conducciones que entrasen en área, y tan sólo vimos un pequeño tramo donde el Cádiz se sintió sometido. Osasuna vive un bloqueo futbolístico y mental.
Está claro que el rendimiento individual de los jugadores está muy por debajo del esperado, sin ir mas lejos, este pasado domingo se realizó el partido con más errores de control de balón y más despojos, 33 en total. El jugador no se siente cómodo y vamos a ver por qué.
Distancias muy largas en reinicios y estructuras muy fijas
La manera que más le está funcionando a Osasuna para llegar a situaciones de ataque es la de iniciar con balón en corto y buscar tanto a Aimar como a Moi para progresar. El equipo lo sabe, pero interpreta mal los momentos. Vemos una situación donde Sergio Herrera golpea en largo, cuando la mejor opción era jugar dentro. En esa misma jugada, segundos después se juega un pase entre líneas a Torró. ¿por qué?, ¿Tiene que ver con la toma de decisiones errónea, o con que el equipo no sabe como comportarse en cada situación?
Junto a la mala decisión de Sergio, vemos distancias muy grandes para jugar en corto. Estas distancias exigen imprimir más velocidad al pase y mayor precisión, dos aspectos en las que Osasuna está fallando. Fiaros cómo se comporta el equipo cuando tiene el balón Sergio, se mantiene la estructura de 4-3-3 con Areso más largo y así darle más distancia al central derecho para decidir mejor cuando le llegue el balón. Pero se ralentiza demasiado y hay pocos movimientos de atracción.
Osasuna tuvo demasiados momentos para poder dominar con balón, pero no lo hizo, y no tiene que ver con los jugadores, sino con el concepto. Un último ejemplo donde podemos observar esta mala toma de decisiones, Aimar de pivote defensivo, mandando jugar con central, se decide golpear y Budi estando sólo, peina ese balón. Únicamente puedo entender estas situaciones interpretando que Osasuna vive un momento de bloqueo mental.
No sólo pasa estos errores de concepto con reinicios desde el portero, Osasuna tiene momentos donde la ocupación de espacios en creación es muy mala. En está acción, Moi y Torró están dando la misma linea de pase, y aun estando libres de marca, el balón no pasa por ellos. Areso en esta jugada busca un balón al espacio a Rubén.
¿Cómo se le dio la vuelta al partido?
Jagoba acertó con los cambios en la segunda parte, puso a los extremos a pierna natural, Iker dio más dinamismo en el centro del campo y obligó a que Aimar y Moi participasen en la base. Por eso, los 15 minutos que Osasuna ejecutó este plan, se vio el gran potencial que tiene este equipo y la diferencia de nivel que había con el Cádiz. En el mapa de las de ocasiones de gol, se observan las numerosas ocasiones que se generaron la segunda parte, hasta que se empató el partido.
Durante estos 15 minutos de sometimiento, el patrón que se repitió fue el mismo, asociaciones que iniciaban con Aimar o Moi en la base y centros laterales no muy profundos, pero con buena ocupación de área. No logro entender, por qué no es un patrón que Osasuna repite más, sabiendo que es el que más le beneficia.
El colectivo, sigue sin entender que necesita el individuo. Aimar y Moi, necesitan participar en la creación de las jugadas. Los tramos donde ellos menos tocan el balón, Osasuna sufre, física y mentalmente.
Una vez superado este bache de juego y resultado, el equipo baja el pie del acelerador. Cómo se ha visto en el mapa anterior, desde el empate se generan tan sólo dos acciones peligrosas y se vuelve a ver un Osasuna que sufre y que podía haber perdido también ese punto. Los cambios vuelven a llegar tarde durante la segunda parte, y la sensación tras terminar el partido es agridulce. Si Jagoba quería jugar como el día del Villarreal, algo falló, los jugadores no se comportaron igual y el planteamiento no fue el mismo. El potencial del equipo es mayor, y todavía no se ha dado con la tecla.
Osasuna necesita hacer partidos mucho más completos para sacar resultados positivos, la semana que viene volvemos a vivir una final en casa y debe ser de una vez por todas, el cambio de dinámica del equipo, plena confianza en Jagoba y su staff.
Entrenador de fútbol y amante de este deporte. A Rubén le encanta ver los partidos con una perspectiva diferente y descifrar el porqué de cada suceso en el terreno de juego.
