Aunque Osasuna no pudo pasar la eliminatoria de la SuperCopa, este partido pasará a la historia por ser el premio a una temporada de ensueño para los aficionados rojillos. Por eso, analizamos cuáles fueron las claves de la eliminación de Osasuna y destacamos lo bien que compitió el equipo.
El trabajo defensivo
Vimos un planteamiento muy parecido al que realizó Jagoba en el encuentro contra la Real Sociedad en Liga, viendo un sistema defensivo con 3 centrales y un equipo muy trabajado en bloque bajo que impedía progresar al Barcelona por dentro.
Gracias a los 3 centrales y a la posición de mediapunta de José Arnaiz, Osasuna siempre tuvo igualdad númerica en el pasillo central. Haciendo que los jugadores más talentosos del Barcelona no se sintiesen cómodos. Así se situó el equipo.
Al no tener el Barcelona la figura del cuarto centrocampista, Ferran Torres era quien ocupaba posiciones intermedias y obligaba a los rojillos a trabajar para cubrir su posición. A pesar de darle mucho espacio en los pasillos laterales, la circulación lenta del Barcelona hacía que siempre diese tiempo a equilibrar las marcas.
La importancia de los 3 centrales
Aunque no es un recurso muy habitual en Osasuna ver 3 centrales, en este partido era esencial su utilización por dos motivos. En primer lugar, el equipo se sintió muy protegido en bloque bajo, y se consiguió defender bien las internadas de los interiores del Barcelona desde la segunda línea. En segundo lugar, era la manera que tenía Osasuna de compensar las superioridades en los carriles laterales cuando el Barcelona conseguía mover el balón de lado a lado, siendo uno de los centrales quién saltaba con la referencia que dejaba el interior. Aquí vemos un ejemplo.
Un Osasuna con pocos estímulos
Aunque el trabajo colectivo fue muy bueno, y el equipo se sintió cómodo en bloque bajo. El planteamiento de partido ocasionaba que Osasuna no tuviese muchos estímulos en campo contrario. Es por eso, que da la sensación, de que muchas veces se demanda tener más claridad con el balón y sobre todo, presionar alto para obligar al rival a fallar.
Fruto de una falta de claridad en salida de balón es cuando se origina el 1-0. Catena toma una mala decisión, cuyo origen no es el error individual, sino la mala interpretación colectiva de cómo tiene que progresar Osasuna.
Con la frescura de los cambios y la necesidad de hacer un gol, se vio un equipo más hambriento de estímulos y se produjeron varios robos en campo contrario que podían haber supuesto la igualada. Es en esos momentos, donde los aficionados lamentamos no haber sido un poco más agresivos antes, pero también es verdad, que el planteamiento de Jagoba, era el único que permitía a Osasuna creer hasta el último minuto, y así fue.
Se acaba esta bonita experiencia, pero no la ilusión, ya que el club y los jugadores, quieren seguir compitiendo por repetir la gesta del año pasado.
Entrenador de fútbol y amante de este deporte. A Rubén le encanta ver los partidos con una perspectiva diferente y descifrar el porqué de cada suceso en el terreno de juego.
