Osasuna 1920
Lillo, uno de los auténticos guerreros de Club Atlético Osasuna, adorado por la afición rojilla a pesar de su condición de foráneo fue recibido con una sonora pitada en el estadio del Sporting de Gijón. Cada vez que el lateral del conjunto navarro tocaba la el balón, sonaba una sinfonía de silbidos desde todos los puntos de El Molinón. El defensa alicantino no pudo aislarse del ambiente del feudo asturiano. Se le vio desquiciado por momentos y pudo ser expulsado en dos acciones. Diego Martínez tuvo que terminar sustituyendo al defensa para evitar quedarse con un hombre menos.
La afición del equipo rojiblanco se mostró especialmente dolida por los comentarios del futbolista tras su presentación con Osasuna en el mes de septiembre:
«En Gijón viví una situación complicada. El equipo no andaba bien y descendimos. Tanto mi familia como yo no estábamos a gusto. No lo hemos pasado bien»
Lilló afirmó también que le dejó muy claro al Sporting que quería marcharse:
«Al principio no me dejaban salir, pero después vino un jugador en mi posición y entonces el club me puso facilidades. Llegamos al último día, que recibo la llamada de Osasuna y se hizo todo muy rápido»
