Osasuna 1920
Las últimas declaraciones de Joaquín Caparrós, en las que afirma sentirse engañado por Osasuna y critica a la directiva del club, han llegado tarde y mal.
Tarde porque Joaquín Caparrós pudo haber dicho todo esto el día en que se marchó de Osasuna. Club del que ni siquiera se despidió en rueda de prensa, sino a través de una carta, en la que irónicamente se mostró «agradecido al club y sus trabajadores, parte y esencia de ese adn diferenciador».
Y mal porque sus palabras están fuera de lugar. El de Utrera critica la falta de criterio de una directiva que le prometió un proyecto a largo plazo en Segunda División. Hasta ahí, podríamos estar de acuerdo. Pero hay una cosa innegable: sus errores como entrenador de Osasuna. Y son unos cuantos. El primero, el que apela puramente al dato estadístico: 7 derrotas en 8 partidos; 5 de ellas, en Liga, donde no ganó ni un solo partido. Con él como entrenador, Osasuna sólo marcó un gol en 5 partidos de Liga, encajó 14 tantos y perdió ante rivales directos como Granada, Leganés, Deportivo o Sporting. Esa mala racha, unida a la vivida con el Granada, le colocó como el entrenador con la peor racha de partidos sin ganar de la historia de la liga, igualando el registro de Javier Clemente (19). Y lo no olvidemos, de Osasuna se marchó cobrando lo que le restaba de esta temporada y la siguiente, con sueldo de Segunda División.
Tampoco conectó Joaquín Caparrós con el vestuario, con el que nunca tuvo la conexión necesaria para sacar adelante una situación crítica. Y tampoco llegó a congeniar con la grada, por mucho que se esforzara en llenar de alabanzas en cada rueda de prensa a una afición difícilmente conquistable a través del elogio, sino del trabajo diario bien hecho.
Y sobre el campo, Caparrós demostró no poseer los conocimientos tácticos -o la habilidad para trasmitirlos- que hacían falta en una situación como la de Osasuna. Ningún equipo como el suyo ha jugado tan mal esta temporada. Su única aportación al club fue la implantación de jornadas de tecnificación y el debut de Iván Márquez y Aitor Lorea con el primer equipo.
Por eso estas palabras de Joaquín Caparrós suenan más a que ha preferido criticar a quienes le contrataron -a los que acusa de falta de criterio-, en lugar de reconocer los errores propios; no vaya a ser que el próximo equipo que lo fiche descubra que no triunfó en Osasuna por su falta de valía como entrenador.
