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Fotografía: agencia |
La semana pasada se produjeron los primeros contactos oficiales entre directivos de Osasuna y Athletic para cerrar el traspaso de Kike Sola a la capital vizcaína. La marcha del navarro a Bilbao parecía clara y todo apuntaba a que los leones ofrecerían una cifra cercana a los 5 millones de euros para hacerse con los servicios del ariete de Cascante.
Pero, lejos de las pretensiones navarras, los dirigentes bilbainos se plantaron en una cifra que rondaría los 2,5 millones y Archanco reculó. El presidente rojillo afirmó que no regalarían a su hombre gol y posteriormente realizó unas declaraciones que salpicaron al propio jugador que por el momento no se ha pronunciado.
El delantero acudió ayer al estadio
Fernando Ciordia (@fernandociordia) comunicaba por Twitter que el jugador había visitado a lo largo de la tarde del jueves el estadio rojillo y todo indica que la decisión no pasará de esta semana. Lo cierto es que este caso tiene ciertas similitudes con el caso Miguel Flaño vivido hace un par de años y que terminó con el jugador en Pamplona.
La política de fichajes bilbaina obliga a negociar

Con la aprobación del fichaje por parte de Valverde, se espera que la directiva de San Mamés busque desatascar la operación lo antes posible para confeccionar la plantilla de cara al próximo año. Todo hace pensar que Kike no volverá a vestir de rojo en un futuro cercano.