Sobre las 23h de la noche de ayer, Osasuna comunicaba que rojillos y verdiblancos habían llegado a un acuerdo para traspasar al delantero argentino por una cantidad cercana a los 5 millones de euros contando las variables. Las negociaciones habían sido duras. El conjunto hispalense presentó una oferta de algo menos de 3 millones de euros, que no contentó a Osasuna y estos fueron inamovibles en su postura de que Chimy valía algo más.
Varios clubes tantearon al delantero rosarino según varias fuentes, entre ellos el Atlético de Madrid, el Granada e incluso el Getafe CF. Finalmente, el Real Betis, que días anteriores se presentaron en las oficinas de El Sadar para tratar de llegar a un acuerdo e incluso el propio agente del jugador viajó a Sevilla ante el deseo del Chimy de acabar ahí, es el que acaba fichando en propiedad al delantero ya exrojillo.
Por la puerta de atrás
En estos cinco años, Chimy Ávila ha dado muchas alegrías a los rojillos y será recordado por su entrega y sus goles, pero no se puede negar que su salida ha dejado mucho que desear. El delantero dejó claro que quería salir en este mercado y la actitud de su agente, que enfadó mucho a la afición rojilla, han hecho que las relaciones no hayan acabado del todo bien.
En el comunicado, realizando una lectura exhaustiva, se puede observar como hay ciertas “pullitas” de Osasuna al Chimy Ávila. No son nada claro de ver, pero deja claro el poder que pueden tener las palabras y la forma que redactas un texto entre sus múltiples variantes. El primero de los detalles que nos puede hacer pensar que la relación jugador-club no acabó bien está en el párrafo donde el conjunto navarro explica las condiciones del traspaso. En palabras textuales del comunicado oficial: «Por último, Osasuna ha exigido al Chimy Ávila la renuncia a una parte de su salario pendiente de cobro«. Una frase que deja claro que Osasuna le debía dinero al jugador y, ante el deseo del jugador de salir, este último se habría visto obligado a condonar el montante de lo que debía cobrar.
Otro de los elementos a tener en cuenta es la forma en la que Osasuna ha despedido al Chimy Ávila en el comunicado. A diferencia que en el de Brasanac, en el que el conjunto pamplonica deseaba «la mejor de las suertes en sus futuros retos», a Chimy Ávila le desea “suerte en su nuevo reto profesional”. Puede parecer una tontería en primera instancia, pero siempre que Osasuna despide a un jugador le desea “la mayor de las suertes” y en este caso ha sido de una manera diferente y más fría.
En definitiva, Chimy será recordado por su gran etapa como rojillo en muchos aspectos en lo deportivo, pero también será recordado, por lo que parece que ha sido, una salida atropellada y poco profesional.
