Tras una semana donde primó la escucha y la didáctica, el equipo de Jagoba afrontó el partido en Anoeta con un brillo en los ojos especial. Gracias a esto, la actitud del equipo fue sobresaliente y tras hacer un partido basado en el trabajo defensivo, los rojillos se volvieron de San Sebastian con 3 puntos que tienen más valor por cómo se consiguieron. Analizamos el trabajo defensivo del conjunto de pamplona.
Cubrir los pasillos interiores
El planteamiento del partido fue muy similar al seguido en los anteriores encuentros contra la Real Sociedad o contra el Barcelona. Presionar en bloque medio-bajo, priorizando, tapar los pasillos interiores para evitar que sus centrales pudiesen conectar con los interiores de la Real. Por ello, el equipo se dispuso con un 3-5-2, siempre muy pendientes de la figura de Zubimendi.
Precisamente, la presión sobre Kubo fue muy intensa, sabiendo que era uno de los jugadores más diferenciales. Se aprecia, tanto el mapa posicional del equipo, donde se observa que el perfil izquierdo tuvo que estar más junto, y con el trabajo de Mojica y Aimar, que fueron lideres en recuperaciones.
Aunque el equipo quiso minimizar el juego interior de la Real Sociedad, hubo muchas acciones donde el equipo no pudo evitarlo y sufrió en ese bloque medio-bajo en el que le esperaba. Sin embargo, se defendió tan bien en área, que todas las transiciones que acababan con centros laterales o internadas al área se solventaban con contundencia.
El trabajo en el tercio defensivo
Osasuna sufrió el partido de la temporada que más toques le hicieron en el tercio defensivo y en el área. Síntoma de que al equipo le costó mantenerse en bloque medio, pero que en el trabajo en bloque bajo se sintió muy poderoso.
Si nos fijamos en el mapa de calor del equipo apreciamos lo hundido que estuvo gran parte del partido y que la zona del campo con mayor actividad es nuestra propia área.
Es por eso, que hay que destacar el trabajo defensivo de los jugadores, pero en concreto a Unai y Herrando que, a pesar de no disputar muchos minutos, dejaron una actuación defensiva a la altura de lo que pedía el partido. Sin ir más lejos, fue el partido donde más disparos se bloquearon, siendo muchos de ellos desde el área y en situaciones claras de gol.
Un equipo reactivo, pero poco efectivo
Sabiendo que iba a ser un partido muy cerrado por la propuesta de Osasuna y por lo bien que trabaja la Real en defensa y en presión cuando no tiene el balón, los rojillos necesitaban la mejor versión de los atacantes para poder aprovechar aquellas oportunidades que se presentasen.
Se vieron estructuras nuevas en creación para contrarrestar la presión intensa de la Real, pero no terminaron de ser efectivas ya que faltó precisión en últimos pases y siempre se intentaban proteger ante posibles perdidas.
A pesar de este contexto tan complicado para que brillen los jugadores de corte ofensivo, volvimos a ver un Aimar Oroz, muy participativo, efectivo y aportando al equipo lo que se demandaba en cada momento. Fue el jugador del equipo que más pases completó, más pases a campo contrario dio, más toques realizó, más recuperaciones, más regates y más pases recibidos recibió. Se convirtió en el todocampista más importante del encuentro y gracias a su labor, se pudo dar continuidad a las transiciones que más peligro generaron.
A falta de producción ofensiva, se realizó un encuentro de solidaridad defensiva espectacular, y gracias a eso, Osasuna pudo sumar en uno de los escenarios fetiche para el equipo. En los siguientes encuentros, Osasuna puede disponer de los puntos casi suficientes para estar salvado y una vez conseguido, sólo podremos soñar, otra vez.
Entrenador de fútbol y amante de este deporte. A Rubén le encanta ver los partidos con una perspectiva diferente y descifrar el porqué de cada suceso en el terreno de juego.
