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Un Osasuna de polos opuestos

Osasuna mostró dos caras muy diferentes en el Sánchez Pizjuán.

Un Osasuna de polos opuestos

Muchas veces, cuando vemos un partido de fútbol, nos fijamos en las jugadas más destacadas del partido, ya sea la jugada del gol de tu equipo, algún regate impresionante o la acción que ha dado pie a una expulsión. Sin embargo, si analizas el partido desde una perspectiva más general, puedes ver otros aspectos como el que pudimos observar el pasado domingo, donde Osasuna mostró una versión distinta en cada parte. Resulta curioso, porque con el mismo sistema, los mismos jugadores y el mismo escenario, el equipo cambió radicalmente en cuestión de 15 minutos. 

El Osasuna que no queremos ver 

Osasuna es ese equipo capaz de lo mejor y de lo peor. La primera parte fue un claro ejemplo de ese equipo del que ya hemos sido testigos en esta primera vuelta. Un equipo muy frágil atrás, con despistes impropios de la categoría, falta de contundencia y concentración. A todo ello hay que sumarle que el equipo no supo sacar partido en la primera mitad a esa formación con 2 puntas arriba con un perfil más propenso a ser esa figura que le diese oxígeno y continuidad al equipo a base de bajar balones y abrir a banda para que el ataque continuase.

La presión no fue coordinada y precisa, ya que, a pesar de contar en primera línea con dos jugadores para realizar una presión asfixiante, el conjunto hispalense siempre encontraba un hombre libre con el que hacer daño. Y qué decir de Isaac. Ayyy Isaac… cuántos quebraderos de cabeza diste en cuestión de 45 minutos, a pesar de ser un chico con 4 partidos en Primera división y que la temporada pasada jugaba en Segunda RFEF con el Sevilla Atlético. 

Osasuna mejoró, pero falta rodaje

En los primeros 45 minutos vimos el Osasuna que hay que tratar de evitar ver o al menos minimizar dichos momentos de bajón y hacer que no castiguen tanto a un equipo que ha ido casi a gol por tiro durante esta campaña. Momentos que no vimos en la segunda parte y que contrasta con esa imagen, que nos dejó un mal sabor de boca e hizo que el marcador fuese adverso al final de los primeros 45 minutos. Osasuna mejoró en la circulación de balón, en sacar el balón jugado desde atrás en vez de repetir reiteradamente el desplazamiento en largo, el cual provocaba pérdidas. Los rojillos comenzaron a encontrar a sus jugadores diferenciales en el juego (Iker, Pablo y Moi) en zonas más dañinas para el adversario, por detrás de los centrocampistas del conjunto rival y en situaciones con mayor espacio y tiempo.

El equipo de Jagoba dominó al Sevilla en la segunda mitad y empezó a parecerse a ese Osasuna que vimos en la primera mitad del encuentro ante el Getafe CF y que debe ser el modelo del que empezar a construir. Osasuna pudo llevarse el partido al final, pero lo que más sorprendió es que, con el mismo sistema de juego y en la misma situación, pudimos ver dos equipos totalmente distintos. Resultado de las correcciones del técnico de Berriatua en el descanso, pero prueba también de que a este equipo le falta rodaje con este nuevo esquema y el enfrentarse a situaciones que le pongan contra las cuerdas en el plano tanto ofensivo como defensivo, para corregir, mejorar y perfeccionar esta nueva idea de 3 centrales, que parece que ha llegado para quedarse.

Written by Daniel Arangay

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