Osasuna 1920
El pasado jueves, muchos aficionados se preguntaron por qué Alejandro Catena decidió lanzarse de forma temeraria sobre la cabeza de Brais Méndez en el duelo de Copa del Rey frente a la Real Sociedad. La espectacular y peligrosa acción del central rojillo dejó a su equipo con un jugador menos en el minuto 35, eliminando por completo las opciones de remontar una eliminatoria que había despertado gran ilusión en la afición. Probablemente, la frustración por encajar dos goles en pocos minutos llevó a Catena a cometer una patada más propia de un videojuego que de un partido de alta competición.
Hoy, frente al RCD Mallorca, el defensa volvió a protagonizar una acción imprudente. En una jugada menos grave pero igualmente arriesgada, su entrada sobre Muriqi dentro del área terminó en penalti a favor del conjunto bermellón, comprometiendo seriamente los tres puntos en juego. Aunque la infracción pueda calificarse como un «penaltito», lo cierto es que cualquier contacto en esa situación, sin tocar balón y con el delantero encarando la portería, conlleva un riesgo innecesario.
A pesar de estos errores puntuales, Catena está firmando una temporada destacada. Sin embargo, estos deslices son los que pueden marcar la diferencia en partidos clave y es importante que se siga trabajando en su toma de decisiones en momentos críticos.
