Un tránsito de la incertidumbre a la calma. Esta es la sensación que está viviendo la afición rojilla conforme avanza la temporada, y solo estamos a inicios de octubre. ¿Por qué decimos esto? La marcha de Jagoba Arrasate de Osasuna y la salida de su capitán, David García, dejaron al osasunismo huérfano, temeroso y apático ante el futuro más cercano. La llegada de Vicente Moreno al banquillo fue recibida con muchas dudas, y muchas voces se aventuraban a decir que el técnico valenciano ni siquiera se comería el turrón en Pamplona. Sin embargo, Osasuna ya tiene el 37,5% del trabajo hecho a inicios de octubre. El cuadro navarro suma 15 puntos antes del parón de selecciones y pone velocidad de crucero hacia su objetivo prioritario: la permanencia (40 puntos)
Cuatro partidos consecutivos sin conocer la derrota, una cierta mejoría en los encuentros fuera de Pamplona y un auténtico fortín en casa. La inteligencia artificial lo tiene claro: 0% de probabilidades de descenso.
Ahora, con este arranque prometedor, el siguiente paso parece evidente: pasar de la calma a la ilusión, y de ahí, a soñar. La estabilidad está aquí, pero la afición ya mira más allá, con el deseo de que esta temporada no sea solo de supervivencia, sino también de ambición y, ¿por qué no?, de gestas mayores. El osasunismo sabe que el equipo está preparado para mucho más.
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