En un nuevo ejercicio inexplicable de falta de competitividad y desconexión, Osasuna tiró por la borda un nuevo partido antes el penúltimo clasificado, virtualmente descendido. Una goleada sonrojante que supone la tercera derrota consecutiva de un cuadro rojillo que acumula méritos para ser silbado el próximo partido en Pamplona. La cuenta del club rojillo desde que Jagoba Arrasate anunció que no renovaba es de tres derrotas en cuatro encuentros disputados. La victoria contra la UD Almería parece ser ahora solo un espejismo, evidenciando que alcanzar posiciones más altas en la tabla está fuera del alcance de esta plantilla.
Hoy, los propios comentariastas mencionaron sorprendidos que la primera falta defensiva de Osasuna había llegado en el minuto 78, muestra de relajación y desconexión del equipo. Partidos así, son inadmisibles en el fútbol profesional.
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