La salida de Abde del conjunto rojillo ha dejado un “agujero” en la parcela ofensiva. Pocos jugadores se ven hoy en día que sean capaces de encarar a su par constantemente y de tener esa facilidad para eliminar jugadores. Una alternativa que hacía de Osasuna un equipo muy peligroso y era una baza sobre la que el equipo volcaba su ataque. El equipo lo tenía claro: Balones a Abde y si el equipo contrario te presionaba alto, había que intentar darle el balón al marroquí en una posición en la que tuviese metros para correr y con su velocidad y gran manejo de balón en carrera, sorteaban dicha presión. Por lo que, la mayoría de las ocasiones, el tener y poder encontrar al marroquí, hacía que el conjunto rival retrasase sus líneas y el conjunto navarro pudiese jugar en campo contrario.
Tras su salida, el equipo ha perdido esa referencia atacante, desborde y verticalidad. En un club habituado durante su historia a jugar en base a balones arriba, centros laterales y segundas jugadas y que, últimamente, ha evolucionado a un equipo con algo más de posesión, la figura de Abde rompió los esquemas de aquella manera de jugar y evidenció la necesidad de tener un jugador desequilibrante en Osasuna.
El club buscó un remplazo para Abde e incluso traer de vuelta al propio jugador, pero lo único que se trajo con cierto parecido al perfil del marroquí es a Mojica, quien no está cumpliendo, de momento, con las expectativas. Es por ello que la figura de Kike Barja se concibe como clave esta temporada. Es el jugador más parecido a Abde en la plantilla, con el ahora jugador del Betis se compenetró muy bien y hacían que las bandas de Osasuna fuesen dos auténticos puñales. El extremo navarro es el que más puede aportar ese desequilibrio y desborde, que tanto evidenció Abde que necesitaba el equipo en su modelo de juego.
Sin protagonismo
Lamentablemente, Kike Barja sufrió una lesión en la última semana de pretemporada y se perdió los dos primeros encuentros ligueros. En el partido de ida de Conference reapareció para jugar dos minutos más el descuento. Ante el Valencia fue titular, pero su mala actuación y los problemas que estaba sufriendo el equipo en esa banda defensivamente hizo que saliese sustituido en el descanso. Frente al Brujas (la vuelta) y Barça volvió a salir desde el banquillo, mientras que ante el Getafe fue titular siendo sustituido en el 68’. En los encuentros en El Sadar, que enfrentaban a los rojillos al Sevilla y Atleti volvió a ser suplente y ante el Alavés ni jugó.
Su protagonismo está siendo, por lo tanto, muy pobre. El equipo necesita de su mejor versión, pero parece que ha entrado en una especie de círculo vicioso en el que no logra recuperarse anímicamente de su lesión y Jagoba no le está dando la confianza que necesitaría. Sin embargo, siempre ha sido realmente un jugador irregular. Un jugador que puede ser determinante un partido y al siguiente no aportar nada, por lo que no es una situación muy alarmante, pero quizás si se está alargando más de lo debido.
Situaciones así las viven todos los futbolistas a lo largo de su carrera. Kike Barja es un jugador joven, con grandes capacidades, tarde o temprano volverá a su mejor versión y a aportar a Osasuna ese desborde que el equipo necesita y que él tiene.