Osasuna ha arrancado la temporada con una puntuación de 7/18. No es un mal balance teniendo en cuenta los rivales, ni es un motivo para alarmarse, pero las sensaciones no son del todo buenas.
Tres derrotas, un empate y una victoria en los cinco últimos partidos no es una racha positiva. Varios son los aspectos que preocupan a la afición rojilla.
Una plantilla algo peor
El mercado veraniego arrancó con 3 bajas importantes. Aridane, Abde y Manu Sánchez abandonaron el club. Suplir sus salidas de antojaba complicado después de ver cómo habían llevado al club a una final de Copa y a Europa. Los que han llegado han sido Mojica, José Arnaiz y Catena. Unos recambios que no han acabado de convencer, ni cuajar y que hace ver que hay cierta carencia de nivel en el equipo respecto a la temporada pasada.
Comienzo «regulero»
El inicio de campaña no es el que se esperaba, eliminados de la Conference League y con 7 puntos de 18 posibles, se espera que el equipo encuentre su mejor nivel aunque las sensaciones no son las mejores. El equipo necesita más que nunca tener un partido que convenza y que de un golpe sobre la mesa para ganar en confianza. A nivel defensivo, el equipo no transmite seguridad a la afición. Cerca quedan esos 3 goles que endosó el Getafe al conjunto navarro y, aunque el Sevilla lograron mantener la portería a 0, el equipo no es lo que era la temporada pasada. En ataque los números son buenos, pero parece que si no está el Chimy Ávila no hay quien genere oportunidades claras de gol.
Jugadores clave en baja forma
Preocupa también que ciertos jugadores importantes la temporada pasada no estén dando el nivel esperadoo como es el caso de Moi Gómez, de Lucas Torró, de Rubén Peña o de David García. El comienzo de los cuatro no ha sido el mejor, de hecho en algunos partidos ha sido muy pobre. Son jugadores de los que el club necesita su mejor versión para poder superar a sus rivales. Asimismo, hay que sumarle el rendimiento de algunos de los fichajes, que no está siendo el mejor, como el de Mojica, José Arnaiz o Raúl García y que se suponía que venían a suplir las bajas del equipo.
La (des)motivación
Tras un año tan mágico como el pasado en el que llegaron a una final de Copa, te has clasificado para la Supercopa de España y para la Conference League, parece que has tocadoo techo, y si a eso le sumas tu participación en competición europea por la que tanto has luchado se va al traste a primeras de cambio, se puede producir cierta desmotivaciión o cansancio en la plantilla. Lo de la campaña pasada, probablemente, sea algo irrepetible, las expectativas son altas y es posible que esas ganas, ese hambre y esa chispa no vuelvan a ser la misma después de conseguir algo grande.
El pesimismo de Braulio
A raíz del punto anterior está el pesimismo de Braulio en ciertas ruedas de prensa, sobretodo, una a principio de temporada, que dejó helados a todos los presentes y en la que una de sus declaraciones fue: «Así como la temporada pasada le dije al presidente que jugaríamos la final y lo veía todo muy claro, en cambio esta temporada no lo veo tan claro, lo veo todo más oscuro«. Asimismo, como director deportivo, ha dejado claro que el club tiene unas limitaciones, que al final esto va a saltar por los aires por algún lado y el club tendrá que vender a una de sus piezas clave para poder subsistir.
Queda mucha temporada
En definitiva, hay motivos para creer que esta ccampaña no va a ser la mejor y que será un mero peaje o una temporada de transición para tratar de crecer en un furturo. Sin embargo, el fútbol a veces nos da sorpresas, la temporada acaba de empezar, no lo ha hecho de la mejor manera es cierto, pero aún queda mucho camino por recorrer, el equipo es parecido al de la temporada anterior y quién sabe si la Supercopa de España o la Copa del Rey nos pueda deparar grandes noches de fútbol.