Osasuna 1920
Una semana sí, y otra también, Diego Martínez está encontrando de frente una oposición dura a sus planteamientos sobre el terreno de juego. Con el presupuesto más alto de Segunda División, Osasuna marcha en estos momentos sexto con 38 puntos, a 5 puntos de los puestos de ascenso directo. Algunas voces critican la falta de estilo del equipo rojillo -en comparación a otros planteamientos más intensos como los del Huesca-, o la falta de presencia de jugadores navarros en el once del equipo, algo que sí fue una constante en el esquema de Enrique Martín.
Si comparamos ambos conjuntos durante la temporada del ascenso (2015-2016) y este curso, los datos son muy similares. Hace dos años, el equipo de Enrique Martín era quinto con 39 puntos, a 7 puntos del líder y a 1 punto del ascenso directo. Las diferencias entonces entre los equipos que luchaban por ascender eran mínimas, con 6 navarros en el once en la jornada 24.
En el apartado de goles a favor, el equipo de Martín era de los que menos anotaban de la parte alta, con 28 goles a favor. Mejor era el dato de goles en contra, con 24 tantos encajados y 11 partidos ganados. El equipo de Diego Martínez suma 29 goles a favor y 21 en contra. Es decir, más goles a favor y menos en contra, con 10 partidos ganados y 2 navarros en el once de esta jornada 24.
Lo cierto es que el juego de Osasuna, tras la peor temporada de la historia en Primera División, lleva años resentido. El equipo deslumbró en la play-off de ascenso de la 2015-2016 con una claridad y velocidad que había estado ausente durante todo el curso, pero que fue clave en el tramo final. Sin embargo, y durante ya varias temporadas, el juego de Osasuna sufre una alarmante falta de estilo, donde la intensidad, antes marca de la casa, ha dejado de ser el principal distintivo del equipo.
