El árbitro del Osasuna-Nàstic decidió este viernes suspender el partido que tendría que haberse disputado en El Sadar a partir de las 21 horas.
La nieve comenzó a caer en Pamplona a partir de las 20 horas, que llegó a cuajar en El Sadar. Sin embargo, a partir de las 20.30 horas la nieve se detuvo y los operarios de Osasuna retiraron la nieve de las líneas del campo.
Sin embargo, el árbitro decidió retrasar la hora del partido hasta las 21.20 horas, momento a partir del cual comenzó a nevar con mayor fuerza. El Nàstic reconoció no querer jugar en esas condiciones, a pesar de que Osasuna sí quería jugar el partido.
Finalmente, el partido se suspendió y ahora quedará por saber cuándo se jugará, si este sábado o domingo u otro día entre semana. La suspensión del partido a largo plazo beneficiará al Nàstic, que podría recuperar a algunos de sus jugadores tocados.
La afición que acudió a El Sadar mostró su indignación por la decisión arbitral y así lo demostró en forma de pitos cada vez que el equipo arbitral entró al túnel de vestuarios. Los aficionados del Nàstic desplazados a Pamplona también pagaron los platos rotos de la suspensión.