La derrota de Osasuna en el Molinón no estuvo exenta de polémica. A pesar de la contundencia del resultado y del mal juego de los navarros, el árbitro no castigó varias acciones violentas de hasta tres jugadores del Sporting de Gijón. La más clara se produjo en el minuto 58 de partido cuando Sergio Álvarez provocó un corte en la ceja de Oriol Riera tras sacar el codo en un balón dividido. El colegiado ni siquiera castigó la acción con falta que bien podría haber terminado en expulsión si el trencilla hubiese apreciado voluntariedad en la acción.
