Osasuna1920
Enrique Martín habló con dureza este martes sobre la directiva de Osasuna en su paso por los micrófonos de Onda Cero. El técnico señaló que su política de gasto en fichajes difirió con la de la directiva y afirmó que ya advirtió de que con esos refuerzos «estaría en casa para Navidades».
Despido. «Entiendo que no tengo que dar ninguna explicación a nadie y acato con disciplina la decisión que tomó la directiva en un momento puntual. No voy a juzgar la decisión y la conciencia de cada uno le dirá lo que le tenga que decir (…) Hoy en día en el fútbol hay mucho asesor externo. El otro día me quedé alucinado cuando me dijeron que me había echado un asesor externo…».
Su crítica a los fichajes. «Alguien se tiene que dar por aludido, y no precisamente Vasiljevic. Es muy claro que en un momento puntual Enrique comentó una historia y el tiempo, desgraciadamente, le da la razón».
Fichajes. «Yo pedí lo que pedí. Vasi y el presi lo saben. A partir de ahí, hicimos lo que pudimos. Yo dije muy claro cuál era mi posición y parece que fue excesiva. No soy ningún caprichoso y cuando digo una cosa la digo con argumentos. En su momento manifesté la opinión de lo que el equipo necesitaba. Yo creo que el equipo sí podía gastar lo que yo solicitaba, pero no coló. Y lo dije: en Navidades yo iba a estar en casa y Osasuna tendrá problemas. Sabía lo que podía pasar y no era capricho lo que yo pretendía. Pero el que manda, manda».
Política de club. «¿Por qué se cambió la filosofía en el kilómetro 5? Yo lo sé, pero me lo guardo. Entiendo que en el momento en que se sube a Primera el bombardeo exterior es brutal y ahí es cuando se produce lo que se produjo… Cuando no tienes tela es de una manera y cuando no, es de otra. Eso es lo que a mí me fastidia y hay cositas que yo las tengo en el disco duro y me fastidia».
La firma del despido. «Hice la rescisión del contrato con Fran Canal, que creo que es el representante del club, y Ángel Ardanaz. No hablé con nadie más».
La mala racha. «Cuando no obtienes resultados positivos se va acumulando y la losa va siendo cada vez más grande, hasta que llega el momento en que ganas un partido y ves la luz, la salida y el futuro de otra manera. Pero estamos en Primera División, una categoría muy exigente».
Sin llamada de Caparrós. «No me ha llamado, pero no tiene por qué llamarme. Es un profesional y seguro que conocía al grupo. La verdad es que no hemos coincidido… Si me llama no tengo problema en compartir con él mesa y mantel. Con el que menos problemas puedo tener es con Joaquín, un compañero y un profesional como la copa de un pino que ha venido a Pamplona».
Su nueva vida. «Voy a ver balonmano, fútbol sala, partidos de balonmano… Todas las cosas que habitualmente no hago. Te das cuenta de que hay vida más allá del fútbol».
